Hasta ahora, la lectura que más me ha impresionado es la de Culler, en realidad una pequeña parte de su libro, el acápite titulado: "La teoría como género". En esta sección de su trabajo, el autor cita a Rorty en su definición de un nuevo género mixto. Género no literario sino discursivo, en mi opinión, que "Con origen en la época de Goethe, Macaulay, Carlyle y Emerson ha desarrollado una nueva forma de escritura que no es la evaluación de los méritos relativos de una obra de arte, ni es la hisoria de las ideas, ni filosofía moral ni porfecía social, sino todo ello mezclado en un nuevo género" (Rorty en Culler). Esta perspectiva se parece mucho a la planteada por Benedetto Croce quien en su Breviario de Estética afirma que el arte es un producto de la intuición y que, por tanto, no puede ser asumido por la razón: La única critica artistica valida es la que se convierte, en pocas palabras, en una nueva obra de arte generada con el pre-texto de otra obra de arte.
Es una enorme verdad, por eso los grandes "TEÓRICOS" son, en verdad, garndes esritores -pobre y parcialmente leídos por sus seguidores-. Freud es un divertidísimo narrador y Marx, el de El 18 Brumario, por ejemplo, es un escritor asombroso.
Sobre lo anterior, podríamos afirmar una herejía: La crítica metodológioca y metódica (por ejemplo la estructuralista que desmenuza el texto en sus semantemas) es un pacato ejercicio de contención, de contencion del poder numinoso del arte, hecho por los críticos tradicionales, que son atildadas criaturas llenas de pavores.
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